Son personas protectoras y responsables. Saben satisfacer las necesidades de los demás y además intentan hacerlo de manera justa. Simpáticos en el trato con los demás, son sociables, les gusta relacionarse con otras personas y les prestan su ayuda sin problema. Su capacidad para comprender a los demás y sus sentimientos los hace ser conciliadores y, por tanto, buenos intermediarios cuando se trata de poner de acuerdo a dos personas, dándoles los consejos más acertados.